La tienda de la esquina y el supermercado comparten un rasgo invisible: ambos ven la calle todos los días. Esa mirada constante sobre el ritmo del vecindario puede convertirse en un recurso de seguridad colectiva.

En ese proceso, las tiendas se han transformado en actores cívicos de primer orden. Cuando una cámara colocada en el comercio enfoca la calle, no sólo protege al negocio, sino a la comunidad entera.

Desde esa lógica, el reciente convenio entre el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México y Walmart de México y Centroamérica, encabezado por su Vicepresidente Javier Treviño Cantú, marca un punto de inflexión en la forma de concebir la vigilancia urbana.

Con la integración de casi 300 sucursales a la red pública de videovi

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