El presidente Donald Trump está utilizando una vez más el sistema legal para cumplir sus venganzas personales.
El año pasado, antes de que pudiera señalar un solo delito que alegara haber cometido, Trump solicitó el procesamiento de la fiscal general de Nueva York, Letitia James, quien lo demandaba por fraude comercial.
El jueves, el Departamento de Justicia logró una acusación formal contra James, alegando fraude bancario.
La historia detrás de la acusación lo dice todo.
Un fiscal federal decidió recientemente que no había pruebas suficientes para presentar cargos contra James.
En una administración normal, ese habría sido el fin del caso.
Pero Trump no aceptó un no por respuesta.
Forzó la renuncia del fiscal y, en una publicación en redes sociales el mes pasado, exigió que