Durante décadas, la fama de mujeriego de Juan Carlos I fue un secreto a voces. El rey emérito mantuvo relaciones con miles de mujeres a lo largo de su matrimonio con la reina Sofía, muchas de ellas pertenecientes al mundo de la élite, como presentadoras, cantantes, modelos, actrices, o la alta prostitución. Se decía que tenía una conquista en cada ciudad, la mayoría de ellas prostitutas de lujo que pagaba con el dinero de los Prepuestos Generales del Estado. Aunque nunca sintió un amor real por la reina, le obligaron a casarse con ella, su comportamiento no dejó de ser un escándalo dentro de la Casa Real.
Según diversos testimonios, Juan Carlos solo podía ser seducido por dos cosas: el dinero o las mujeres. Su debilidad por estas últimas llegó a ser tan preocupante que desde Zarzu