“Quiero volver si es posible a bucear. Extraño el buceo. A parte de mi trabajo, a mí me gustaba, era mi hobby”.

Alejandro Ramos era un experimentado buzo que en 2014 enfrentó una terrible tragedia por la que lleva años “inflado”. El peruano vio cómo su cuerpo se deformó al ascender 35 metros en tan sólo 1 minuto.

Ramos se encontraba terminando su jornada laboral recogiendo mejillones cuando una embarcación, que pasó demasiado cerca del barco al que estaba ligado con una manguera, cortó su oxígeno accidentalmente.

Ya fuera del agua, Alejandro comenzó a sentir mareos, el primer síntoma del síndrome de descompresión. Inmediatamente, una embarcación le ayudó a bajar a la misma profundidad para realizar de nuevo el procedimiento adecuado.

Sin embargo, el barco tampoco esperó el tiempo neces

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