"Por favor vengan. Los amamos, los necesitamos y los extrañamos".

Esta súplica es de la alcaldesa de Las Vegas, Shelley Berkley, y está dirigida a los canadienses, los principales visitantes extranjeros de la capital del entretenimiento de Estados Unidos.

La pronunció en una conferencia de prensa a mediados de septiembre, justo un mes después de que en un evento similar pintara una cruda imagen del declive del turismo en la "ciudad del pecado" y su impacto en la economía local.

"Los viajes internacionales han disminuido. La gente no viene a Estados Unidos", arrancó diciendo el 7 de agosto, refiriéndose primero al país en general.

"Tenemos un mercado bastante grande con los canadienses, pero ha pasado de ser un grifo abierto a un goteo", siguió, ya centrándose en la urbe de Nevada conoc

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