La jornada en Valle Fértil comenzó con una noticia que golpeó fuerte a la comunidad: la palmera de la isla del dique San Agustín fue incendiada.

El fuego, provocado por manos anónimas, destruyó uno de los íconos naturales y turísticos más queridos por los vallistas, una postal que durante años fue parte del paisaje de quienes visitan o viven en el lugar.

“El fuego no solo destruyó una planta, sino un símbolo”, lamentaron los vecinos que se acercaron al lugar. “Esa palmera se destacaba entre la vegetación autóctona, era parte de nuestra identidad. Cuesta entender cómo alguien puede hacer algo así”.

La tristeza se mezcla con la indignación. Muchos recuerdan que, pese a las campañas de concientización en redes sociales y medios locales, el daño ambiental y urbano continúa repitiéndose. “No

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