La relación entre la extrema derecha y el odio es una obviedad. En ese sentido, casi dos años del gobierno de Javier Milei han dejado al descubierto los peores rostros del poder cuando está en manos de personajes sin remordimiento ni moral alguna.
Es útil recordar que, previo a ingresar en política, en numerosas apariciones televisivas, Milei había evidenciado un alto nivel de trastorno, violencia y alteración de valores. Presumía de su virilidad al tiempo que, con los ojos vendados golpeaba piñatas simulando destruir el Banco central.
Ya como diputado, Milei se opuso a la asistencia médica a bebés y niñes con cardiopatías congénitas porque decía que era “ un gasto para el Estado” (SIC).
Sin embargo y a pesar de esos antecedentes, nada frenó la carrera hacia la presidencia de semejant