No fue solo un touchdown; fue un mensaje.

Los Falcons (3-2) supieron administrar la ventaja. Robinson, con 170 yardas terrestres —igualando su récord personal— y 238 yardas totales , se convirtió en el alma de un ataque que mantuvo en jaque a los Buffalo Bills (4-2). "Cuando tienes a un jugador así, el juego se simplifica" , comentó un analista en la transmisión. Y vaya que lo hizo: además de su hazaña en el suelo, atrapó seis pases para 68 yardas.

Pero no todo fue fiesta para Atlanta. Josh Allen, el quarterback de Buffalo, intentó reaccionar. Un pase de 16 yardas a Ray Davis al inicio del segundo tiempo acortó distancias (21-14). Sin embargo, los Bills tropezaron donde más duele: dos intercepciones de Allen , incluida una en la última posesión, sellaron su destino. El marisc

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