Durante años, las uñas largas dominaron las tendencias de belleza. Esculturales, llamativas, y en muchos casos imposibles de mantener, se convirtieron casi en un símbolo obligado del cuidado personal impuesta por celebridades como Rihanna, Lali e incluso Rosalía. Sin embargo, en los últimos tiempos, una nueva estética comenzó a ganar terreno: las uñas cortas, naturales y minimalistas.
Pero más allá de una cuestión de estética y comodidad, llevar las uñas cortas también es una declaración de estilo propio. Es volver a lo simple, a lo auténtico, y dejar que las manos respiren sin perder elegancia. Muchas personas, incluso, recurren a la manicura japonesa, que se centra en nutrir, pulir y dar brillo natural a la uña sin esmalte para lograr unas manos prolijas, finas y sobre todo, saludables.