El pasado mes de julio Reuters se hizo con unos documentos que probaban el alcance de la ayuda de Pekín a Moscú con la guerra de Ucrania como telón de fondo. La proliferación de drones rusos era posible gracias a un sistema de etiquetado llamado “unidades de refrigeración industrial” durante el transporte, uno que permitía saltarse las sanciones impuestas por occidente a través de empresas ficticias.
Ahora sabemos algo que más: que hay fábricas enteras dedicadas a la colaboración.
La alianza industrial invisible. La guerra en Ucrania ha entrado en una nueva fase en la que la ventaja tecnológica rusa en el campo de batalla depende cada vez más de una red de fábricas y proveedores chinos . Aunque Pekín proclama neutralidad, los datos oficiales de aduanas muestran un increment