Si pasás por el Paseo Gigena, en Dorrego y Libertador, es difícil no detenerte: el nuevo Rock&Feller’s Palermo impresiona por tamaño, luces y ambientación. El restaurante —que muchos llaman el Hard Rock argentino— acaba de abrir su local más grande, con 1.600 metros cuadrados, vista al Hipódromo y espacio para más de 500 personas.

El interior parece un pequeño museo: guitarras colgadas, trajes de Elvis, luces rojas y fotos de íconos del rock que decoran cada rincón. Pero el atractivo no es solo visual. La carta es enorme, y los precios, aunque no son los más bajos del barrio, se mantienen dentro del promedio de un restaurante temático en Palermo.

De lunes a viernes (excepto feriados), ofrecen un menú ejecutivo con plato principal, bebida (vino, gaseosa, agua o chopp) y postre por $19.000

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