Un estudio en seis comunidades indígenas de Perú y Nicaragua revela que nueve de cada diez mujeres que viven cerca de minas muestran altísimos niveles del metal
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Desde la década de 1930 y durante tres décadas, en la ciudad costera japonesa de Minamata, una empresa llamada Chisso Corporation metilmercurio en la bahía. El metal empezó a amontonarse en los peces de la zona, principal fuente de alimento de esta población. Dos décadas después, unas 3.000 personas empezaron a desarrollar síntomas neurológicos severos, hoy conocidos como ‘enfermedad de Minamata’. Muchos perdieron la vista, el habla o el oído, se