“Todo aquello a lo que llamamos problemas, lo definimos así porque nos generan emociones desagradables”, explica. Para Flocco, las emociones son el hilo invisible que guía todos los aspectos de nuestra vida: las relaciones de pareja, los vínculos familiares, la manera en que emprendemos o incluso nuestra relación con el dinero. “Si no aprendemos a gestionarlas, nos terminan gobernando”, asegura.
La clave, según él, está en asumir responsabilidad sobre uno mismo. “A todos nos gusta ayudar, pero lo mejor que podemos hacer por los demás es equilibrarnos. Ser personas felices para dejar de cargarle a otros nuestros propios conflictos.” Desde este enfoque, gestionar emociones no significa reprimirlas ni escapar de ellas, sino saber qué hacer cuando aparecen.
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