El tramo final del río Guadalhorce, uno de los principales espacios naturales del entorno de Málaga, atraviesa una preocupante degradación ambiental. La presencia de aguas fecales y estancadas ha provocado un notable incremento de mosquitos, especialmente del tipo Culex modestus, que puede ser portador ocasional del virus del Nilo.

Así lo advierte un reciente estudio elaborado por la Asociación para la Conservación Piscícola y de los Ecosistemas Acuáticos del Sur (ACPES) y la Universidad de Málaga. La investigación alerta del impacto ecológico y de las consecuencias sanitarias derivadas de esta situación, y concluye que la proliferación de mosquitos está directamente relacionada con la contaminación del río.

Los investigadores subrayan que los mosquitos no son habitantes naturales de los

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