En los primeros meses de 2006 una sensación de pánico se había apoderado de Barcelona . Una oleada de robos en viviendas ponía en jaque la política policial de la Generalitat . Los Mossos habían completado el relevo de la Policía Nacional y la inseguridad se convirtió en un gran tema de debate. Entre el 10 de junio y el 5 de julio hubo que añadir un problema adicional: una serie de crímenes y asaltos a mujeres mayores que vivían solas obra de una misteriosa, y muy peligrosa asesina en serie. La sensación de inseguridad era tan grande que los Mossos tuvieron que pedir, en un comunicado inédito, a las potenciales víctimas que no abrieran las puertas de sus casas a desconocidas. Esa era la situación.
“Toda la ciudad se convirtió en el tablero de juego de una insólita partida: m