Los periodistas que siguen haciendo su trabajo en Venezuela debían saber, según la lógica del régimen, que la noticia mundial del pasado viernes: el Nobel de la Paz a María Corina Machado, debía silenciarse .

Como el Nobel hace historia al ser entregado por primera vez a una venezolana, y por segunda vez a una mujer en América Latina, naturalmente algunos comunicadores lo mencionaron en sus espacios.

Esto provocó que el régimen llamara directamente, y no a través del órgano censor CONATEL, a los dueños de los medios y ordenara una sanción temporal o definitiva del periodista.

Son los casos, por ejemplo, de los muy populares Luis Olavarrieta y Shirley Varnagui, de la cadena radial Unión Radio que se escucha en todo el país.

Sus seguidores se quedaron esperando que se pararan fren

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