En la quietud de la madrugada, un fenómeno compartido por una porción significativa de la población tiene lugar: el despertar espontáneo entre las tres y las cuatro de la mañana. Quienes lo experimentan suelen despertarse con la mente despejada, sin una causa evidente, iniciando una lucha interna por recuperar el descanso.
De acuerdo con análisis recogidos por medios especializados como Infobae, esta situación dista de ser un padecimiento aislado y se presenta con mayor frecuencia conforme avanza la edad. La doctora Odile Romero, jefa de la sección de neurofisiología de la Unidad del Sueño del Hospital Vall d’Hebrón en España, aclara que, en numerosos casos, esto no constituye un diagnóstico de insomnio, sino una manifestación de la mecánica inherente a nuestros ciclos de sueño.
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