En el corazón de toda empresa exitosa late una cultura organizacional coherente, inspiradora y profundamente arraigada. La cultura empresarial debe responder con fidelidad al propósito compartido, al por qué existe la empresa . Se alimenta de la toma de decisiones alineadas con el propósito, la adecuada gobernanza, el liderazgo consciente y la visión inspiradora.

En este contexto, el directorio desempeña un papel fundamental no solo como órgano de gobierno que vela por la gobernanza y la estrategia empresarial, sino como el arquitecto de los valores. Por su parte, los valores deben ser cultivados desde la cima, guían y ponen límites a las acciones de la empresa. Son la base de la cultura empresarial.

Cuando el directorio actúa con convicción, la cu

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