El proyecto de reforma laboral impulsado por el gobierno de Javier Milei introduce una figura que podría transformar de raíz la organización del trabajo en Argentina: el banco de horas. Esta herramienta permitiría a las empresas reorganizar las jornadas laborales según sus necesidades productivas, acumulando horas trabajadas para compensarlas con descansos posteriores , sin que medie el pago de horas extras.

En la práctica, esto implicaría que un trabajador pueda cumplir jornadas de diez o doce horas durante períodos de alta demanda y luego tomarse días libres cuando la actividad se reduzca. Desde el Gobierno, se presenta como un sistema “moderno y flexible” que busca equilibrar productividad y bienestar. Pero desde el mundo sindical y académico, las alarmas no tardaron en encen

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