A principio de los años 2000, en un contexto musical donde las radios canarias estaban dominadas por artistas como David Bisbal, Juanes o Marc Anthony, nació en Gran Canaria La Trova, un grupo formado por un círculo de amigos unidos por su pasión por la música y el deseo de compartirla con el público. Con una actitud «muy optimista, alegre y desenfadada», se lanzaron al panorama musical con la intención de desarrollar y consolidar su propia propuesta artística. Tras varios intentos, que incluyeron parrandas y otros proyectos que «no cuajaron», como recuerda Alberto Cabrera, presidente del grupo, fue en 2003 cuando la iniciativa cobró verdadera forma: «le dimos una actitud más profesional, contratamos a un director y empezamos a tomárnoslo en serio».
La Trova mantiene una tradición muy mar