
Santander es mucho más que su bahía, sus playas o la península de la Magdalena. Detrás de sus avenidas concurridas hay espacios poco conocidos que ofrecen una visión íntima y sorprendente de la ciudad. Si quieres descubrir una cara distinta de la capital cántabra, estos rincones escondidos de Santander serán una ventana privilegiada.
Uno de esos espacios olvidados es el refugio antiaéreo de la Guerra Civil que se encuentra bajo tierra, en la Plaza del Príncipe. Construido para proteger a unos 70 habitantes durante los bombardeos, este pasadizo subterráneo permite asomarse al pasado bélico de la ciudad y entender cómo era la vida en tiempos difíciles.
Otro punto que muchos visitantes pasan por alto es el Panteón del Inglés , en el barrio de Cueto. Es una estructura funeraria construida en 1892 como homenaje a un amigo inglés fallecido, no albergando restos humanos, sino funcionando como símbolo de amistad. Este monumento discreto y cargado de significado suele pasar desapercibido entre paseos costeros y miradores más populares.
Al adentrarte en la costa, la c es otro rincón que muchos locales conocen pero pocos turistas visitan. Está muy cerca del centro, junto al promontorio de San Martín, con acceso cómodo y aguas tranquilas dentro de la bahía. Su nombre sugiere riesgo, pero en realidad es un arenal sereno dentro de la ciudad.
Y no se puede hablar de rincones secretos sin mencionar la Isla de Mouro , frente a la boca de la bahía de Santander. Aunque visible desde muchos puntos, pocos visitantes conocen su historia o se acercan lo suficiente para explorar sus fondos marinos o contemplarla desde el mar. Es un enclave que combina naturaleza, mar y misterio discreto.
Cada uno de estos rincones ofrece una forma de ver Santander diferente : no es solo un destino turístico, sino un espacio para pasear sin prisa, encontrarte con historias pequeñas y disfrutar de detalles que no aparecen en los folletos. Si ya conoces lo típico, te aseguro que explorar estos lugares te cambiará la imagen que tenías de la ciudad.