V ictoria's Secret tiene mucho que aprender de Barbie. Sí, de Barbie, la muñeca de Mattel. No estaría de más, de hecho, que Barbie le impartiese un master al consejo de administración de la empresa propietaria de la firma de lencería sobre cómo ponerse al día, reinventarse, reescribir su mito. Porque, ejem, Victoria's Secret sigue, de momento, atrapada en su propio reflejo, como la madrastra de Blancanieves, incapaz de aceptar el paso del tiempo.
Yo creía, cuando empecé a plantearme este artículo, que había descubierto la pólvora al detectar un cristalino paralelismo entre Barbie y Victoria's Secret, pero qué va. No soy la única periodista que ha pensado en las similitudes entre estos dos iconos del ideal femenino estadounidense acusados de representar estereotipos irreales. Sólo