Debido a que el poeta Alfredo Vento decidió hacer una breve visita al terruño por motivos profesionales, decidí que antes de que suba al avión regresando a París, donde reside con su mujer Marlenis y sus hijos, bueno sería organizar una reunión para despedirlo en el Tolón. Al punto, con el repasador al hombro y su clásico chaleco negro abotonado, llega el edecán del lugar, Nico, con la bandeja en alto. Mientras transpone el pedido a nuestra mesa, continuando la conversación grupal que estábamos manteniendo, sentencioso, afirma:

--La Argentina dejará de ser un eterno bolonqui, el día en el que todos los argentinos, los de aquí y los desparramados en el mundo, a la misma hora, realicemos un suicidio universal en honor a todos los gallegos, tanos y criollos que hicieron grande esta patria…

See Full Page