Si algo aprendieron el Partido Popular y sus votantes en julio de 2023 es que las encuestas favorables son solo encuestas, y que hasta que no se cuentan las papeletas no hay nada decidido. Fue el partido más votado, pero eso no le permitió formar gobierno porque los dispuestos a unirse para que no gobernara sumaban más que los partidarios. Políticamente, pocas cosas han cambiado desde aquella convocatoria. España está más polarizada, pero cuesta creer que algún partido del «bloque progresista» tenga interés en pasarse al equipo contrario y tirar la cuerda contra Sánchez. Por ello, el PP depende más de sí mismo de lo que nunca ha dependido Sánchez del PSOE para llegar a la Moncloa. No es fácil el papel de jefe de la oposición, con un hemiciclo en el que, fuera de tu bancada, cuesta levantar
Líbrame de mis amigos

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