Cuando concluya, la nueva autovía A-58 que conectará Cáceres y Badajoz vendrá a transformar el tráfico entre ambas ciudades, con efectos positivos —y algunos desafíos previos— que marcarán el pulso de la movilidad regional. A continuación, un análisis de cómo impactará el proyecto sobre la circulación actual.
La A-58, de unos 84 kilómetros en su conjunto, se plantea como una prolongación de la autovía que actualmente conecta Trujillo con Cáceres , hasta enlazar con Badajoz mediante un nuevo trazado paralelo a la antigua N-523 (antes EX-100).
El primer tramo, de 13,5-13,6 km entre Cáceres y el río Ayuela, ya está en obras, con un presupuesto de unos 94-100 millones de euros.
Este tramo incluirá conexiones con la A-66, viaductos sobre ríos y una reforma del enlace con la N-523.
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