El 11 de octubre quedará grabado a fuego en la rica historia de Gimnasia y Esgrima . Tras merecerlo en 2024, cuando quedó en las puertas del ascenso al perder la final del Reducido, el Lobo aulló más fuerte que nunca bajo la lluvia de Vicente López. Y allí, junto a las miles de almas Blanquinegras que viajaron más de mil kilómetros para estar junto al club de sus amores, celebraron que en 2026 formarán parte de la elite del fútbol argentino.
Pero para Juan Pablo , esa noche épica fue más que un partido: fue una odisea que lo llevó a arriesgar su trabajo y a sellar una promesa que poco tiene que ver con el fútbol, pero que sin dudas le cambiará la vida. Desde el primer momento este fanático sabía que no podía perderse la cita, aún si eso significaba desafiar las reglas. "Le dije a mi