Aeroméxico acelera su retorno a los mercados con una operación pensada para dar liquidez a sus accionistas, mientras libra en Estados Unidos una batalla clave por su alianza con Delta. El desenlace regulatorio y las señales de política aeroportuaria en México marcarán el tono de la historia para inversionistas.

Tras su reestructura, Aeroméxico prepara (de nuevo) su salida a bolsa en Nueva York. No se trata de un salvavidas financiero, sino de un mecanismo para normalizar su vida pública y, sobre todo, abrir una vía ordenada de liquidez para accionistas que entraron o aumentaron posiciones en el proceso concursal. En la práctica, el mensaje al mercado es claro: el “timing” dependerá de las condiciones; la compañía parece dispuesta a esperar la ventana adecuada antes de fijar precio.

Lo má

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