Durante milenios los bosques tropicales han trabajado sin descanso, limpiando nuestro aire y suavizando el calor de un planeta que se recalienta. Es uno de los mayores aliados de la humanidad en la lucha contra el cambio climático. Pero ahora, ese gigante está haciendo algo que nunca había hecho: no solo está dejando de limpiar el aire, sino que ha comenzado a devolver a la atmósfera el carbono que llevaba décadas almacenando.
Por primera vez, un estudio científico ha documentado este cambio. Es como si el sistema de filtrado de un coche empezara a liberar toxinas por la ventilación: una señal de alarma que debemos escuchar y resolver.
Hasta ahora, la ciencia nos decía que los bosques tropicales eran “sumideros de carbono”. Es decir, absorbían más dióxido de carbono (CO₂) del que liber