La política partidista es el arte de generar estrategias o formulas ganadoras, bien estructuradas y que posean la habilidad de aplicarlas pese a lo que todo mundo opine. A Adolfo Hitler lo tildaron de loco y logró un poder absoluto, igual pasó con Fidel Castro e incluso a Donald Trump, todos estos y muchos más lograron a base de terquedad posicionarse y gobernar, bien o mal, pero gobernar al fin.
Esto a colación tras estos chismorreos entorno a una posible candidatura ciudadana, en la cual puristas que viven del pasado y de la pasión de la llamada generación de los “químicamente puros” del PAN sostienen sus viejos ideales y no acaban de entender de qué instituto está entrando en una nueva etapa, que está agonizando y peligrosamente enfilando a su desaparición. Algunos aseguran que es mej