Como padres y madres de jóvenes, somos la principal fuente de apoyo emocional. Uno de los momentos más delicados y frecuentes en la vida deportiva de un chico o chica es no ser convocado para un partido o competencia. Esta situación puede generar frustración, enojo, tristeza e incluso dudas sobre lo que hace.

Tu reacción es importante. En lugar de enfocarnos en la decisión técnica o en el rendimiento, debemos priorizar la conexión emocional y la resiliencia. Aquí tienes las guías esenciales para manejar este momento desde la perspectiva mental y emocional.

1. Validar la Emoción, No la Decisión Técnica

El primer paso es permitir que tu hijo sienta lo que tiene que sentir. No minimices su decepción con frases como "no pasa nada" o "es solo un juego".

Qué Decir (y por qué)

Qué Evitar (y

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