**Atentado a activistas venezolanos en Bogotá: el misterio del Mazda** Un atentado contra dos activistas venezolanos en Bogotá ha generado gran preocupación. Luis Alejandro Peche Arteaga y Yendri Velásquez, quienes se encuentran refugiados en Colombia, fueron atacados el pasado lunes 14 de octubre en el edificio Zahir, ubicado en el barrio Cedritos. Ambos activistas, perseguidos por el régimen de Nicolás Maduro, sufrieron heridas de bala en las piernas y el abdomen. El ataque fue perpetrado por sicarios que, según las investigaciones, residían temporalmente en el mismo edificio. Las autoridades han identificado un Mazda 626 Matsuri de 1995, color perla, como el vehículo utilizado en el ataque. Este automóvil fue encontrado abandonado en la localidad de Suba, y en su interior se hallaron dos pistolas modificadas que se cree fueron utilizadas durante el atentado. El vehículo está registrado a nombre de Jhon Jairo R. R., un empresario de Risaralda, quien también es propietario de un local comercial en Dos Quebradas. Las autoridades están verificando si las placas del automóvil son originales o falsificadas, un proceso conocido como "gemeleo". La Policía Nacional y el CTI de la Fiscalía están llevando a cabo una investigación exhaustiva, recogiendo testimonios y analizando imágenes de cámaras de seguridad. Los sicarios, que huyeron en el Mazda tras el ataque, fueron captados por las cámaras, lo que podría ayudar a identificar su paradero. El ataque ha suscitado reacciones de autoridades colombianas. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha pedido una investigación rápida para esclarecer los hechos y proteger a otros refugiados. El presidente Gustavo Petro anunció que la Unidad Nacional de Protección reforzará la seguridad para activistas extranjeros. María Corina Machado, líder opositora venezolana, calificó el ataque como una "grave agresión" y exigió garantías para la protección de los activistas. Peche y Velásquez, quienes han denunciado amenazas previas, se están recuperando en el Hospital Reina Sofía. Las investigaciones también están explorando posibles vínculos entre este atentado y el Tren de Aragua, una organización criminal transnacional. Las autoridades están analizando si el objetivo del ataque era intimidar en lugar de asesinar, lo que podría cambiar la naturaleza de la investigación. Este incidente ha reavivado las preocupaciones sobre la seguridad de los refugiados venezolanos en Colombia, y la Defensoría del Pueblo ha solicitado una investigación exhaustiva para garantizar sus derechos.
Atentado a activistas venezolanos: el enigma del Mazda

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