La Seguridad Social ha presentado una primera propuesta, abierta a cambios, con la que destaca el aumento de las prestaciones para los trabajadores, además de mejoras en el paro de los autónomos

Entre 217 y 796 euros: la propuesta para subir las cotizaciones de los autónomos en 2026

El Ministerio de la Seguridad Social, dirigido por Elma Saiz, presentó el lunes su primera propuesta de cuotas de los autónomos para los próximos tres años, que suben entre 217 y 796 euros el año que viene. Es la segunda fase de la reforma paulatina pactada en 2022 e iniciada en 2023 para que los trabajadores por cuenta propia coticen por un porcentaje de lo que ganan en 2032. Aunque esa meta general ya está fijada, hay diferencias sobre cómo llegar a este punto y sobre cuánto deben cotizar los autónomos con menos ingresos, que han hecho reaccionar en contra a varios partidos, tanto en la derecha como en la izquierda, incluida a la vicepresidenta segunda y líder de Sumar en el Gobierno de coalición, Yolanda Díaz. Saiz ha pedido “sosiego” ante un primer planteamiento abierto a cambios y que mejora la protección social de los trabajadores, ha enfatizado.

La propuesta de cuotas de los trabajadores autónomos para los próximos tres años es la que refleja la siguiente tabla, que el Ministerio trasladó esta semana a los agentes sociales y a las organizaciones de autónomos consideradas más representativas que se sientan en la mesa de negociación (ATA, UPTA y UATAE).

En la reforma pactada en 2022 para que los autónomos cotizaran por sus “ingresos reales”, se acordó dividir a los trabajadores en 12 tramos según sus ganancias, para que poco a poco se fueran encaminando a contribuir por un porcentaje de sus rendimientos (la meta de 2032). Además, se habilitaron tres tramos más con cuotas más reducidas, para los autónomos con ganancias por debajo del salario mínimo.

Hay que recordar que antes de la reforma, los autónomos podían elegir su cotización y la inmensa mayoría (85%) cotizaba lo mínimo posible. Eso generaba prestaciones sociales –pensiones, bajas por enfermedad, permisos de maternidad– muy reducidas y una gran desigualdad respecto a los asalariados, con mayor cotización y también mejor protección social. “Provocó que los autónomos reciben de media hoy 650 euros menos de pensión al mes que un trabajador por cuenta ajena”, ha destacado la ministra Saiz este miércoles.

Entre 2023 y 2025, los trabajadores con menos ganancias tuvieron acceso a una cuota más reducida de la que existía hasta el momento. En 2022, la mínima era de 294 euros al mes, por lo que en estos años han podido cotizar por bastante menos, una exigencia de los trabajadores con más problemas económicos. En estos primeros años de transición –recién salidos de la pandemia–, al colectivo de autónomos de ingresos hasta 1.700 euros al mes se les mantuvo casi intactas sus contribuciones y, por último, para el colectivo de autónomos con mayores ganancias se acordó que fueran cotizando poco a poco más.

Ahora, de cara a la segunda fase de la reforma, para los años 2026 a 2028, el Ministerio de la Seguridad Social ha planteado un incremento paulatino de las cotizaciones para todos los tramos, aunque de mayor intensidad para los que más ganan, como ilustra el siguiente gráfico.

En la Seguridad Social sostienen que su planteamiento para los próximos tres años pretende llevar a cabo una “subida lineal” hasta la meta de 2032, para que luego no haya aumentos más abruptos en los últimos ejercicios. Para la futura base mínima del sistema, la Seguridad Social considera que debe estar referenciada al salario mínimo interprofesional, en un porcentaje aún por determinar, por lo que ha planteado ir aumentando poco a poco su base y su cuota en los próximos ejercicios. No obstante, en el Ministerio precisan que en los tramos de trabajadores con ganancias más bajas, por debajo del salario mínimo, su cuota en 2026 (217 a 271 euros) “es menor a la inflación acumulada desde 2022” y recuerdan que sigue siendo más baja que en 2022 (294 euros).

De inicio, la propuesta ha generado oposición tanto en la derecha parlamentaria, en partidos como PP, Vox y Junts, con críticas al “sablazo fiscal” a los trabajadores, así como en la izquierda (Sumar y ERC), que han criticado que se aumente la cuota a los trabajadores que menos ganan. Entre los colectivos de autónomos, ATA, dentro de la patronal CEOE, es la más reacia a esta reforma desde su inicio y también ha tildado de “sablazo” el planteamiento, mientras que UATAE –vinculada a CCOO– reclama que los autónomos con menos ingresos sigan cotizando menos que ahora. Por su parte UPTA –asociada a UGT– ha recibido bien este primer planteamiento, aunque considera que tiene oportunidades de mejora, principalmente para facilitar el acceso al cese de actividad (el paro de los autónomos) y la mejora de la prestación de cuidado de hijos con una enfermedad grave (CUME).

La cotización no es un impuesto

Para entender esta nueva fase de negociación de las cuotas de los autónomos, y sobre todo ante las críticas de “sablazo fiscal” de formaciones como el Partido Popular, es conveniente recordar dos cuestiones. La primera: que la cotización a la Seguridad Social no es un impuesto. Es decir, no es una aportación a la caja del Estado para que financie servicios públicos para todos (con independencia de que uno use o no estos servicios), como una carretera o un colegio.

La cotización a la Seguridad Social es una aportación contributiva, que tiene repercusión en la protección social que luego recibe la persona trabajadora. A mayor cotización, mayor permiso de maternidad, baja por incapacidad temporal, cese de actividad (paro de los autónomos) y futura pensión. A menor aporte, el trabajador recibe una protección social más escasa, una situación que muchos autónomos sufrieron durante la pandemia de COVID, cuando sus prestaciones por cese eran muy inferiores a los ingresos que venían percibiendo de sus negocios.

La segunda: que esta reforma para que los autónomos coticen por sus ingresos reales fue apoyada por algunos de los partidos que ahora la rechazan, como el PP. La formación que lidera Alberto Núñez Feijóo ha cargado contra el aumento de cuotas del “35%, hasta 2.500 euros al año” en 2026, en referencia a los autónomos que ganan más de 6.000 euros al mes. El responsable económico del partido, Juan Bravo, ha sostenido que el PP defiende la “rebaja” de las cotizaciones sociales, pero su apoyo a esta reforma en 2022 implicaba de facto un aumento de las cotizaciones para los trabajadores con mayores ganancias.

Cuánto deben cotizar los que menos ganan

Puede que uno de los debates más abiertos de la reforma y que genera más discusión para las formaciones de izquierdas y los colectivos progresistas sea dónde situar la cuota mínima de cotización de los trabajadores autónomos. Es decir, cuánto deben pagar los trabajadores con menores ganancias y qué protección social van a tener como consecuencia de esta.

Mientras que UATAE y aparentemente partidos como Sumar y ERC reclaman que los trabajadores de escasos recursos coticen menos, en UPTA, UGT y el Ministerio de la Seguridad Social señalan que ya se ha rebajado la cotización respecto a 2022 y advierten de que seguir reduciendo este aporte supone debilitar su protección social. Menos cotización, pero también menos pensión y baja por enfermedad, por ejemplo. En la Seguridad Social subrayan que en los tres primeros tramos de ingresos por debajo del SMI, “el 63%” de los autónomos “decidieron sobrecotizar en 2023 para tener derecho a una mejor prestación”.

En los asalariados, la cotización mínima la fija cada año el salario mínimo interprofesional, aunque los trabajadores a tiempo parcial –en su gran mayoría mujeres– cotizan por la parte proporcional de horas que trabajan. Este ejemplo señalan en UATAE para reclamar que autónomos con ingresos reducidos, por ejemplo 500 euros al mes, puedan cotizar por esta referencia como lo hace una persona asalariada a tiempo parcial.

En estos debates, hay quien defiende modelos de “a ingresos cero, cotización cero”, pero en España no existe este esquema, que dejaría también en consecuencia sin protección social a los trabajadores en caso de baja o maternidad, por ejemplo. Al contrario, nuestro sistema de protección camina a una mayor asimilación entre los autónomos y los asalariados, para lo que también se están extendiendo sus prestaciones sociales, como el cese de actividad, que el Ministerio de la Seguridad Social se abre de nuevo a mejorar en esta reforma. Los colectivos de autónomos reclaman más, como el acceso al subsidio de desempleo para mayores de 52 años, una opción que ahora parece lejos de conseguirse en esta negociación.