La Alcaldía de Kennedy, junto a la Secretaría de Seguridad y la Policía, le puso el tatequieto a una bodega que fabricaba morcilla en el barrio Socorro y que, ¡ojo al dato!, estaba más sucia que talón de descalzo.
Tras el campanazo de la gente por los malos olores y el asco, las autoridades cayeron a la ‘fábrica’ clandestina y ¡se les volteó el estómago! Encontraron caca de rata campante donde procesaban el relleno, y ¡lo peor!, los químicos y la morcilla, ¡revueltos!
Entérese:
¡Reincidentes y cochinos!
La alcaldesa local, Karla Tathyana Marín, no se guardó nada y les echó la culpa a los dueños por ser unos frescos. “Aunque ya les habíamos dado consejos y los habíamos visitado, nunca cumplieron con lo mínimo que pide la ley . Son reincidentes y estaban jugando con la salud de l