Haciendo gala de una consabida injerencia en asuntos internos ajenos, el instituto nobel con su sede Noruega, en contravía a las pretensiones originales del creador de los premios nobeles, el inventor e industrial sueco Alfred Nobel, en lo que se refiere y supone era su objetivo principal, concerniente a incentivar el progreso humanitario hacia todas sus variadas actividades, acaba de pronunciarse y galardonar con un premio que desde hace tiempo viene procediendo de manera irregular y hasta cierto grado, insensata , cómo lo es el de la paz global, desde el cual no se cesa de hacer intervención dentro de países que el mundo occidental considera en rebeldía y hasta salidos del control y de la lógica del sistema capitalista, en esta ocasión le correspondió el turno a Venezuela.
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