Pedir un crédito personal hoy es cuestión de minutos: basta con ingresar a una app, digitar la cédula y esperar unos segundos para recibir una respuesta. Pero cuando se trata de una empresa, el panorama cambia: los procesos son largos, los requisitos abundan y, muchas veces, el crédito llega tarde, cuando la oportunidad ya pasó.
De acuerdo con el informe MiPymes en Colombia del BBVA Research, con datos de la Banca de las Oportunidades y la Superintendencia Financiera de Colombia, solo el 16 % de las microempresas en el país logra acceder a crédito formal.
En este contexto, el financiamiento embebido surge como una respuesta estratégica: un modelo que integra productos financieros directamente en los procesos y cadenas de valor de las empresas. De modo que el crédito deja de ser un