Cada 22 de octubre se celebra en la Argentina el Día del Legislador Nacional, en recuerdo de aquella primera Asamblea Parlamentaria de 1854 que, sin recinto propio, sesionó en la Iglesia Matriz de Paraná. Era el inicio de una etapa institucional donde la palabra, el debate y la representación del pueblo se convirtieron en pilares de la naciente república. Ciento setenta años después, la conmemoración encuentra a diputados y senadores en un contexto particular: con el calendario electoral marcando el 26 de octubre como fecha de renovación legislativa, el Congreso vuelve a estar bajo la lupa ciudadana.
Su labor, en teoría, es una de las más nobles del sistema democrático: deliberar y sancionar leyes que tengan en cuenta el bien común de todos los habitantes, representando directamente los