Zach Plesac no llegó a Venezuela por un capricho del destino. El lanzador derecho, con seis campañas en las Grandes Ligas, aterrizó en Valencia con una mezcla de emoción, propósito y vulnerabilidad que lo convierten en una de las grandes historias de la importación del Magallanes.
“Es realmente emocionante. Es algo que me motiva e inspira a hacer algo grande aquí, con un gran propósito”, confesó tras su primera sesión de bullpen en el Estadio José Bernardo Pérez, el sábado por la tarde. Aunque el viaje fue largo y el cuerpo aún se adapta, Plesac se siente sano, seguro y listo para competir.
Su vínculo con Magallanes no es casual. Conoce bien al coach de pitcheo Darwin Marrero, con quien trabajó en Memphis, filial Triple A de los Cardenales de San Luis. “Él es el pegamento. Me entiende, s