El estado Delta Amacuro no puede seguir siendo objeto de la desidia, el manguareo, la apatía, los pasatiempos estériles y de todos los sinsabores que han tapiado la esperanza de progreso de la región.

La miseria y la pobreza extrema, el estancamiento y el aislamiento en las poblaciones rurales e indígenas, ubicadas en las riberas de las hidrovias deltaicas, son cada día más deprimentes ante el abandono al que las han condenado.

A gritos destemplados el Delta está exigiendo cambios en los ámbitos gubernamentales que mantienen a esta entidad sumergida en el tremedal.

La oportunidad llegó no la desaprovechemos.

Anuncios

Visitas: 416

See Full Page