Amaba incondicionalmente al fútbol , y la política no solo me parecía rescatable sino imprescindible. Hoy mi desencanto por el fútbol—sin duda el deporte más bello y emocionante— es análogo a mi desencanto por la política.
El fútbol argentino era un espectáculo fabuloso, no solo por el juego en sí, sino también por la participación de los espectadores.
Mi viejo me hizo hincha de Boca, pero él, sobre todo, era hincha del fútbol. No sé cuándo conocí la Bombonera, pero sí recuerdo que íbamos mucho a la cancha de Atlanta porque quedaba cerca de casa y porque siempre había un partido atractivo. También me llevaba a River, a ver a Amadeo Carrizo, de quien él era fanático, a pesar de que era el arquero del equipo rival.
Antes los jugadores cambiaban de club mucho menos, y era raro que los