La Fórmula 1 es un gran circo de velocidad, ingeniería puntera y estrategias milimétricas. , desde los primeros monoplazas en los años 50 hasta los actuales híbridos, diseñados con el objetivo de siempre ganar una décima de segundo. Precisamente, esta búsqueda implacable de rendimiento ha llevado a la tecnología a dominar la cabina y el pit wall. Los equipos operan con telemetría en tiempo real, algoritmos de estrategia avanzados y un flujo constante de datos. Sin embargo, no todo se rige por las pantallas.

En un entorno donde la fiabilidad y la claridad son vitales, algunos métodos tradicionales han resistido el paso del tiempo. Las pit boards o tableros de boxes, siguen siendo una herramienta que, aunque algo analógica, es esencial en la comunicación entre el equipo y el piloto durant

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