La paz no se decreta, se construye. Y se construye desde abajo, con ciudadanía activa, con empresarios responsables y con gobiernos que asumen su deber. La seguridad no es solo tarea del Estado: es una corresponsabilidad social que exige coordinación, información compartida y confianza.

México está pagando un precio silencioso por la inseguridad. No se trata solo de las vidas perdidas ni de los negocios que bajan la cortina; es también el costo invisible de la desconfianza. Cada asalto no denunciado, cada extorsión que se “arregla” por fuera, cada amenaza que hace que una empresa cancele su expansión o un inversionista extranjero mire hacia otro país, es un golpe directo al futuro económico de nuestra nación.

La reciente edición del Foro de Seguridad 2025 de Coparmex nacional dejó claro

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