
Baños de la Encina, localidad situada en la provincia de Jaén, se distingue por su patrimonio histórico y arquitectónico. Su emplazamiento estratégico sobre los cerros de Sierra Morena permitió la construcción de defensas que jugaron un papel central en la historia militar y territorial de la región. Entre estas destaca el Castillo de Burgalimar, una fortaleza islámica del siglo X que se mantiene prácticamente intacta y constituye un referente de la arquitectura defensiva califal en España.
El centro histórico de Baños de la Encina fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1969, reconocimiento que protege el trazado urbano y los edificios más representativos de distintas épocas. El patrimonio refleja la diversidad histórica de la localidad y su importancia a lo largo de los siglos. Su conjunto urbano y los elementos que lo componen muestran distintas etapas de ocupación y uso del territorio, desde la antigüedad hasta tiempos más recientes. Esta concentración de patrimonio permite observar la evolución arquitectónica, la adaptación al entorno y la continuidad de la actividad humana en la zona.
El Castillo de Burgalimar, el más antiguo de España
El Castillo de Burgalimar se considera una de las fortalezas islámicas mejor conservadas del país. Su estructura, prácticamente intacta desde el siglo X, mantiene el trazado original de la época califal y constituye un referente en el estudio de la arquitectura militar andalusí. Fue levantado en el año 968 durante el mandato del califa cordobés Al-Hakam II y se alza sobre el cerro del Cueto, un emplazamiento estratégico desde el que se domina el valle del Rumblar y los pasos naturales entre Sierra Morena y el valle del Guadalquivir.
El recinto amurallado fue construido con la técnica del tapial, característica de la ingeniería árabe, a base de capas compactadas de arcilla, cal, arena y piedras menudas. Su planta elíptica, adaptada a la topografía del terreno, está rodeada por catorce torres cuadradas que cumplían funciones de vigilancia y defensa. A este conjunto se añadió más tarde una decimoquinta torre del homenaje, de origen cristiano, que no alteró la disposición original. Burgalimar ha experimentado pocas modificaciones a lo largo de su historia, un hecho que explica su excepcional estado de conservación y su valor como testimonio de la arquitectura defensiva califal.
En 1147 fue conquistado por Alfonso VII y, posteriormente, albergó a diversos monarcas cristianos —Alfonso VIII, Alfonso IX, Pedro II, Sancho VII, Fernando III y Fernando el Católico—, motivo que originó su apodo de “Castillo de los siete Reyes”. Su valor histórico y arquitectónico fue reconocido en 1931, cuando fue declarado Monumento Nacional, lo que permitió protegerlo y realizar intervenciones de restauración que conservaron gran parte de su estructura original.
Actualmente, el recinto puede visitarse mediante recorridos guiados organizados por el Ayuntamiento de Baños de la Encina. El acceso tiene un precio general de 6,5 euros, con tarifas especiales de seis euros para mayores de 65 años y titulares del carné joven, y de 3,50 euros para menores de entre siete y catorce años. Los niños menores de siete años pueden acceder de forma gratuita.
Patrimonio histórico y otros puntos de interés en Baños de la Encina
El casco histórico de Baños de la Encina conserva edificaciones de gran relevancia que reflejan la evolución arquitectónica de la localidad a lo largo de los siglos. Entre los principales templos destaca la Iglesia de San Mateo, construida a finales del siglo XV y reformada en el XVI. Otra construcción religiosa relevante es la Ermita del Cristo del Llano, erigida en el siglo XVII y ampliada en el XVIII.
El patrimonio civil también está presente en el centro urbano. La Casa Consistorial conserva su fachada de sillería y balcón de forja, mientras que a lo largo de las calles del casco antiguo se localizan viviendas que reflejan la arquitectura residencial de los siglos XVI al XVIII. Fuera del núcleo urbano, el Santuario de la Virgen de la Encina, a unos cuatro kilómetros del pueblo, está construido en piedra de sillería con nave cubierta por bóveda de medio cañón y siete altares laterales, declarado Bien de Interés Cultural en 2009.
El término municipal también alberga vestigios arqueológicos de gran valor, como el yacimiento argárico de Peñalosa, perteneciente a la Edad del Bronce, alrededor del año 1800 a.C. En este asentamiento se conservan restos asociados a la producción metalúrgica, que aportan información sobre los primeros pobladores del territorio y su relación con el entorno.