Colombia no puede seguir soportando los altos niveles de corrupción, violencia y narcotráfico, porque dichos males son contrarios a la democracia y al derecho de la gente a vivir mejor; empezando por las mujeres, los niños y el conjunto de la población urbana y rural, quienes constantemente son vilipendiados por los promotores y ejecutores de esos males.

Como exvicepresidente de Colombia y, sobre todo, como persona que siempre ha luchado en favor del diálogo social, los derechos humanos, la paz y la reconciliación, insisto en que son falsos los dilemas a los que algunas personas muy hábilmente quieren llevar a la población colombiana a afirmar que, cuando se habla de seguridad y de cero tolerancia con el delito, se está privilegiando una posición política de derecha. Nada más equivocado.

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