Parece una noticia del siglo XX. Esta semana, la presencia de decenas de miembros de la organización de motociclistas Hell’s Angels en La Plata generó un poco de alteración. Se pasean por la capital provincial con sus característicos tatuajes y chalecos, con todo el deseo en el mundo de hacerse ver.
¿Vinieron a destruir y matar? Más probablemente, llegaron para comer un asado. En rigor, los Hell’s Angels en La Plata celebran una suerte de congreso social, un gran viaje de amigos ; ya lo habían hecho en territorio porteño en 2014, donde se los podía ver por Lavalle y Florida en busca de ofertas en camperas de cuero.
Vinculados en Estados Unidos al tráfico de drogas, al crimen organizado y a sucesos infames como el festival de Altamont , California, 969, donde los Rolling Ston