Pasaron 23 años, pero el recuerdo de aquella noche sigue vibrando con una intensidad particular. El 16 de octubre de 2002, en el de River Plate, la banda californiana Red Hot Chili Peppers ofreció un concierto que trascendió la mera presentación musical para convertirse en un gesto de lealtad y un oasis de euforia colectiva en uno de los momentos más sombríos de la historia argentina reciente.
En 2002 Argentina se encontraba sumida en las profundidades de una crisis económica, social y política desatada a fines de 2001. La devaluación había pulverizado el poder adquisitivo, el desempleo escalaba a cifras alarmantes y la desconfianza en el futuro era la moneda corriente. El país navegaba en el "corralito", con los ahorros bancarios retenidos y el dólar inalcanzable.
El gesto inolv