Juegos de poder
A mediados de 2007 escribí que México se había convertido en un país exitoso para enfrentar huracanes. Así lo demostraban las cifras. Cuando “Wilma” azotó en el 2005, aquí habían ocurrido ocho muertes que lamentar mientras que, en Estados Unidos, con todo y su gran desarrollo económico, habían sumado 35.
Luego vino el huracán “Dean”, incluso mayor que “Wilma”, en el que se reportó el fallecimiento de dos personas. Se trataba de resultados muy favorables tomando en cuenta que se trataba de un ciclón categoría cinco en la escala Saffir-Simpson, la de mayor peligrosidad.
Comentaba que el éxito para minimizar pérdidas humanas y materiales se debía a la eficaz combinación de varios factores. El primero, era tecnológico. Gracias a los satélites que están constantemente monitor