Cuando el termómetro sube, la polenta, ese clásico alimento de confort que nos abraza en el invierno, suele quedar relegada. Sin embargo, este cereal a base de sémola de maíz es increíblemente versátil y, en realidad, su energía es refrescante y su preparación es rapidísima, lo que la convierte en una aliada perfecta para el verano. Además, es un cereal sin gluten, apto para celíacos.
El secreto para disfrutarla en la temporada de calor no es comerla como un puré cremoso recién hecho, sino transformarla en una base firme y crocante que se pueda cortar, freír, hornear o incluso asar a la parrilla. Una vez cocida, la polenta debe enfriarse completamente en la heladera hasta que se transforme en un bloque sólido y manejable, lo que toma al menos una hora, aunque lo ideal son dos horas o de u