Según un informe hecho por 11 universidades y centros de investigación, si el país no cambia su forma de producir y consumir víveres padecerá crisis inflacionaria, ambiental y sanitaria; piden una agricultura más resiliente, uso inteligente de la tierra y otros hábitos dietéticos Comparta este artículo
De acuerdo con un informe elaborado por 150 científicos y representantes de organizaciones benéficas y la industria alimentaria, el Reino Unido tendría que cambiar casi por completo su forma de comer para reactivar su economía, reducir drásticamente sus gastos en salud, garantizar la seguridad alimentaria nacional y cumplir con sus compromisos climáticos.
La transformación no sólo tendría que ser radical sino rápida, a un ritmo sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial , señala