“Mi mayor aspiración, antes de estar enchufado, es reunirme con mi familia, mi mujer, mis dos hijos, y juntos despedirme entre lágrimas y sonrisas. Que sea esa la despedida y el punto final para el sufrimiento de mi familia”, dijo Fernando Sureda en 2020, a dos meses de morir. Ayer, Uruguay hizo realidad ese deseo compartido por muchos que sufren enfermedades incurables y que solo quieren poder despedirse con paz y sin dolor.
Tras 12 horas de debate, el Senado uruguayo aprobó este miércoles la ley de Muerte Digna , y se convirtió en el primer país de América Latina con una ley de eutanasia.
" Mi papá debe estar tomando un whisky , fumando un cigarro en algún lado, festejando que salió la ley", dice a Clarín Salvador Sureda, hijo de Fernando.
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