Su comportamiento puede ser como el de un animal - da la patita, salta, se sienta, ¡hasta sabe bailar! -, pero no es un perro normal, es un robot entrenado para trabajar en situaciones de emergencias en las que la implicación de personas o animales reales pueda resultar peligroso.

Se trata del diseño ZT-01 de Zulu Tactical, más conocido como CHIP, capacitado para un uso civil con acciones cercanas a las de un perro. Sin embargo, es un ejemplo de todo lo que un robot de estas características podría mejorar las condiciones laborales de los cuerpos y fuerzas de seguridad y emergencia: desde rescates extremos (un robot más grande podría soportar y transportar 100 kilos de peso) hasta comprobación de explosivos o sustancias peligrosas que podrían ser dañinas para un organismo. Y todo controlad

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